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Teatro de excelencia, con la organización de nuestra Facultad

Teatro de excelencia, con la organización de nuestra Facultad

20/08/2015 |  El pasado sábado 15 de agosto se llevó a cabo la presentación de la obra teatral “Un mismo árbol verde”, protagonizada por Marta Bianchi y Silvia Kalfaian, dirigida por Manuel Ledvabni, con la organización de nuestra Facultad Regional San Francisco, a través de la Secretaría de Extensión y Cultura.

Con un interesante marco de público la obra se presentó en el Teatrillo Municipal de San Francisco, para mostrar la impotencia de una madre –interpretaba por Marta Bianchi- y una hija frente al doloroso genocidio del pueblo armenio que exterminó a más de un millón y medio de personas entre 1915 y 1923 y su paralelismo con los crímenes de la dictadura militar argentina entre los años 1976-1983.


Antes de subir a escena, Marta Bianchi brindó declaraciones, y consultada sobre su presentación en nuestra ciudad dijo: “Me parece bárbaro este tipo de iniciativas, porque la cultura no debería ser algo diferente, la cultura tiene que ver con todo, cuando uno ve una plataforma política la cultura ocupa un lugar muy chico, sin embargo es una expresión que atraviesa todo, es un derecho universal, es un derecho humano, porque si todo el mundo tuviera la oportunidad de expresarse en algo, no para ser un profesional, es terapéutico, hace bien la cultura, la posibilidad de un ser humano de expresarse en algo, en la música, en la pintura, en el canto, es encontrarse consigo mismo, expresarse hace al desarrollo humano, es fantástico. Me parece que todas las universidades deberían contar con espacios así, como así también en la escuela primaria tienen música, danza o folklore, eso debería estar mucho más desarrollado porque hace al crecimiento del ser humano”.


Sobre su preparación frente a esta obra, la reconocida actriz aseguró que “siempre una se pone nerviosa, tiene miedo por lo que va a pasar, cómo lo va a recibir el público. El teatro es el único espectáculo hecho a la medida del espectador, siempre depende de él, una estudió mucho, realizó una preparación e investigación de muchos meses, del contexto, de buscar el personaje, de cómo uno se acerca a un personaje que parece tan alejado de una”.


“Por ejemplo para mí abordar este personaje fue una gran pelea. Cuando el director me lo propuso yo le pregunté ¿por qué a mí?, a mí me parece que en esas circunstancias hubiera sido una madre de Plaza de Mayo. Y después bajé y me di cuenta que cada uno procesa como puede, y la mía era una actitud muy soberbia porque no viví esa situación límite entonces uno elige como imagen la heroína, la madre de Plaza de Mayo, y me fui acercando con humildad al personaje, comprendiéndola, con pasión, y terminé amándola mucho, y dándome cuenta que ella no es menos que una madre de Plaza de Mayo, es una persona que hizo lo que pudo y nadie sabe cómo va a reaccionar frente a una situación límite y no es ni más ni menos”, destacó.


Más adelante, la actriz explicó que “después que uno lo comprende así, está el tema de ver cómo hace uno para entrar en el dolor. Por ejemplo llegaba al ensayo y empezaba a buscar excusas para no entrar en esa zona, o me fumaba un cigarrillo, o tomaba un café, y muchas excusas más, hasta el día que te tirás de cabeza, y es un crecimiento muy grande. El teatro da la posibilidad de crecer como persona, de descubrir que adentro de uno hay personas diferentes y que uno puede ser cualquiera de ellos, y eso abre la cabeza y uno comprende más a los seres humanos y a uno mismo. Uno nunca termina de crecer y de conocer al ser humano, es maravilloso, es una profesión hermosa”.


“En general –prosiguió- los actores somos gente muy tímida pero muy sensible. Por ejemplo a mí no me sale hacer personajes que se me parezcan, me da vergüenza que la gente piense que me está viendo a mí, cuanto más alejado es el personaje de mí misma me permite abrirme y largar todo lo que tengo adentro. El actor es una persona muy sensible, y las máscaras del personaje le permiten abrirse y largar sus timideces. El actor trabaja en carne viva, el instrumento es su cuerpo, su voz, sus experiencias, su memoria emotiva, y así se trabaja en carne viva, uno muestra todo lo que tiene, por eso dependemos tanto de la mirada del otro, y hay tantos actores en todo el mundo que tienen depresiones o adicciones, porque se depende mucho de la mirada del otro, hay que aprender a separarte cuando uno tiene un éxito o un fracaso. Cuando te dicen que no, no es a vos que te dice que no sino a tu trabajo, y esa separación es un trabajo muy grande. Por ejemplo un arquitecto hace un proyecto y le dicen que no, él no se confunde con que es a él a quien le dicen que no, sino a ese proyecto, a ese papel, y hace otro. Al actor que le dicen que no, tiene que tener muy claro que no es a él que se lo dicen, y ese es un trabajo muy grande con uno mismo”.


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