Novedades

Dos jóvenes mujeres que siguen su vocación y vencen prejuicios

Dos jóvenes mujeres que siguen su vocación y vencen prejuicios

08/03/2022 |  Ornella Dipiazza y Luciana Vena son dos jóvenes mujeres que se animaron a ser fieles a su vocación, a esa curiosidad que siempre sintieron por saber cómo funcionan las cosas, y eligieron estudiar carreras que los prejuicios señalarían como poco comunes para las mujeres. En esta fecha tan especial, ellas comparten su testimonio de cómo descubrieron qué camino quieren seguir, los obstáculos que superaron, y cómo proyectan su futuro profesional.

Ornella está entre tercer y cuarto año de Ingeniería Electrónica, una carrera que en nuestra Facultad tiene más de 30 años de vida, y dos mujeres graduadas. A primera vista en todo un desafío, pero esta joven estudiante ya tiene un camino transitado en el mundo de la técnica, las herramientas y las máquinas.
Hizo la primaria en la Escuela Río Negro, y cuando la terminó no dudó en seguir estudiando en el Ipet 50 “Emilio F. Olmos”: “Mi hermano fue la EFO, entonces yo siempre veía todo lo que hacía, lo veía desarmarlo cosas, haciendo lo que para mí eran en ese momento símbolos raros, y siempre me encantó saber el trasfondo de cómo funcionan las cosas, siempre tuve mucha curiosidad, miraba películas de robots, y de chiquita quería ser o científica o abogada, muy diferente una cosa de otra, pero siempre me atraía ver a la gente que hacía experimentos, y en aquel momento encontré una escuela secundaria donde había mucha práctica y no solo teoría de matemática, por ejemplo, porque eso es algo que me sigue pasando hoy en la Facultad: sentarme a estudiar la parte teórica no me motiva tanto como el hacer”.
“En la EFO, los dos primeros años pasamos por todos los talleres, y bueno, tenía que usar las máquinas, las sierras sinfín, los tornos, en metalmecánica te hacían levantar esos moldes enormes para hacer trabajos de tornería. Yo pasé por todo eso, y muy feliz porque podía practicar, hacer cosas. Y uno de esos talleres era el de electrónica, que es el que elegí hasta terminar la secundaria”, contó Ornella, y acotó: “Estaba sola en Electrónica, y cuando ingresé habían pasado algo así como siete años desde que había terminado la última chica en Electrónica”.
También compartió que “cuando iba a al secundario siempre fui muy introvertida, era como la que estaba siempre en la biblioteca leyendo, porque me encanta leer, y eso me jugó en contra en ese entonces”. “En mi último año hice pasantías, hice prácticas con brazos robóticos, y esa experiencia me fue ayudando un montón a plantarme de otra manera, y por ejemplo me eligieron para hacer speaking en exposiciones, para mostrar el brazo robótico, y eso me fue sacando de mi introversión”.
“Después de eso, elegí Ingeniería Electrónica, e ingresé a la Facultad en 2019. Obviamente en ese momento siempre está la duda entre varias carreras, pero decidí comenzar esta Ingeniería, y hoy estoy entre tercer y cuarto año”, dijo Ornella, y agregó que “también estoy sola, como estudiante mujer, ingresé con otra chica, cada una va a su ritmo, pero sabemos que podemos contar la una con la otra. Así que en muchas ocasiones soy la única estudiante mujer en el aula”.
La joven estudiante de Ingeniería Electrónica destacó que “cuando entré a la Facultad fue para mí descubrir un mundo nuevo. Rebeca Yuan, mi directora de equipo, me acogió en la Facultad, me dio contención, y arranqué dando clases. O sea, de la chica introvertida de biblioteca, pasar todo lo que pasé, a llegar a 2019 con un cambio radical, dar clases de Robótica, estar con los chicos de secundario, acompañarlos, fue como que encontré lo que necesitaba, el lugar que buscaba. Eso es muy importante, por mi experiencia personal, puedo decir que el acompañamiento en los años de secundaria es algo muy importante, sobre todo cuando una está sola”.
“Ahora que empecé a dar clases en un colegio secundario está bueno tratar de cambiar algunas cosas, está bien competir, aprender, pero no a las relaciones tóxicas, no reírse de los errores de los demás, todos somos personas que estamos aprendiendo, y de los errores es de donde más se aprende, entonces ahora que doy clases trato de dar ese enfoque más de apoyo, porque los cambios siempre empiezan con el granito de arena que va aportando cada uno”, expresó Ornella.
Al hablar de cómo va imaginando su futuro profesional, la joven explicó: “Lo que quiero es seguir creciendo tanto personalmente como profesionalmente, y estoy abierta a varios campos de acción de la profesión, aunque tengo áreas de interés para mí: me encanta la parte espacial, la parte de la biomedicina, son dos ejes de trabajo que me encantan, aunque sigo abierta a nuevas opciones”.
“Y la electrónica está en todo, es muy versátil, está en todo lo que nos rodea, celulares, herramientas, circuitos, está en todos lados, lo espacial, náutico, aviación, telecomunicaciones, en la industria, en biomedicina, robótica, animatrónica, inteligencia artificial, robótica industrial, es un campo de acción muy amplio, y después está todo lo relacionado con la investigación que también a mí me interesa mucho. Y las opciones son tantas que no quiero cerrarme en algunas, sino seguir buscando el mejor camino para mi crecimiento”, dijo.

 

 

Luciana: Electromecánica
Ingeniería Electromecánica es la carrera más longeva de nuestra Facultad, con cinco décadas de presencia continua. Y es la carrera que eligió estudiar Luciana Vena, que nació en Morteros, hizo sus estudios primarios en la Escuela Dalmacio Vélez Sarsfield, y los dos primeros años de la secundaria en el Instituto Cristo Rey de Morteros, y de tercero a sexto año, en la Escuela Normal “Dr. Nicolás Avellaneda” de San Francisco, terminando los mismos con la orientación de bachiller en Ciencias Sociales y Humanidades.
A pesar de no tener una orientación técnica en el nivel medio, Luciana aclara que “siempre me gustó buscarle la vuelta a las cosas”. También confiesa que “al principio no estaba muy convencida, me orienté por otra carrera, pero resultó no ser para mí, y acá estoy”.
“Me interesaba mucho la matemática, entonces pensé que en una ingeniería hay mucha matemática y ni hablar de saber cómo funcionan las cosas, así que me puse a buscar carreras, busqué universidades, y después me encontré con que tenía la carrera que yo quería acá en San Francisco”, dijo la joven.
Después agregó: “Elegí Electromecánica porque me gusta mucho saber cómo funcionan las cosas, por ejemplo los motores, o la heladera de mi casa, yo la veo y quiero saber cómo funciona, me da curiosidad saber cómo es el funcionamiento. Entonces, como no me puedo poner a desarmar la heladera de mi casa, elegí esta carrera para ver con mayor profundidad esas cosas, estudiarlas internamente, y en algún momento estudiar las imágenes de forma física, práctica”.
Ella ingresó a la Facultad en 2020, en el comienzo de la pandemia, y este año comienza su tercer año de estudios en UTN. Al referirse a cómo fue comenzar su vida universitaria junto al inicio de la pandemia, Luciana explicó que “fue caótico al principio”, “era todo muy nuevo para todos”, y “tuvimos que hacer lo que pudimos con mis compañeros”. “Muchos dejaron de estudiar, los que seguimos nos habíamos empezado a ayudar entre nosotros porque si no, no se podía cumplir con todo”.
Luciana contó que “cuando hice los cursillos era la única mujer en mi carrera, y eso por un lado es como que una se siente especial, pero también es triste no tener otra mujer que sea compinche con vos”. También expresó: “Hay muchos prejuicios sobre todo, porque yo creo que tanto hombres como mujeres están preparados para hacer todo por igual, nada más que los hombres se inclinan más por el lado de la mecánica, o la electricidad, la albañilería, y la mujer va por otro lado, pero hay mucho prejuicio sobre las carreras”.
“Esta carrera para las mujeres tiene mucha salida laboral, porque la mujer tiene cualidades diferentes, puede brindar otro enfoque, otro aporte en el campo profesional, aunque a mí no me gusta que se hagan diferencias de género”, indicó la joven estudiante, que además fue elegida para ser parte del Programa Tutores Pares. “Me gusta mucho ayudar, es una linda oportunidad. Los Tutores Pares acompañan a los chicos y las chicas que ingresan a la Facultad, les dan asesoramiento, las herramientas para que ellos puedan independizarse dentro de la Facultad, resolver problemas que puedan tener con las materias de cada carrera, y cosas de ese estilo. Es algo que me genera algo de miedo, pero mucha expectativa también, porque son cosas que van surgiendo y me sorprenden para bien”, dijo Luciana.
Al hablar de su futuro, explicó que “recién estoy por comenzar tercer año, todavía no tuve paso por las materias específicas de la carrera, así que todavía no tengo un horizonte profesional concreto ni definido, o un campo de acción”. “Lo que me gustaría es que en el trabajo, donde me desarrolle profesionalmente, no juzquen por el título de las personas sino por los conocimientos, por las capacidades”.

 

Vencer los miedos
Ornella y Luciana dejaron un mensaje a aquellas jóvenes mujeres que se plantean la posibilidad de seguir una carrera técnica, que tienen esa vocación por descubrir cómo es el funcionamiento del mundo que nos rodea: “Que se animen -dijo Luciana- porque yo la verdad es que tenía mucho miedo al principio al saber que iba a tener que cursar con todos varones, pero me encontré en un ámbito muy agradable, no tienen que tener miedo por cosas como esas, más allá de la pandemia mis compañeros me recibieron muy bien y me dieron ganar de seguir, y eso es importante, que los compañeros te reciban con los brazos abiertos”.
Ornella agregó: “Que no tengan miedo, cuando daba las charlas sobre el funcionamiento del brazo robot, había chicas que me decían que ellas querían hacer eso, y había quien les decía que cómo iban a estudiar eso, a trabajar con máquinas en lugares donde hay muchos hombres. Y en los espacios de trabajo de las industrias se necesitan mujeres, cada persona tiene su aporte y sus cosas para dar, pero desde lo femenino podemos aportar empatía, calidez en el lugar de trabajo, otros puntos de vista, así que quien tenga curiosidad o interés por estas profesiones, que se anime, no importa el tamaño de las máquinas, si son enormes y asustan, hay que estar seguras, que busquen estar acompañadas y no escuchen a los que las desalientan, no importan si van o no a un colegio técnico, que busquen, que usen simuladores, que sigan su curiosidad, no hay nada prohibido”.
“Hay una comunidad enorme de mujeres, en la industria, que se apoyan unas con otras sin ningún interés, porque sabemos que de ese apoyo es desde donde más crecemos, y eso es hermoso porque una siempre va a estar contenida, como sucede en la Facultad donde siempre vamos a estar dispuestas a ayudar, a dar consejos, las puertas siempre van a estar abiertas a cualquier chica que quiera acercarse”.

 


© 2024 - UTN Facultad Regional San Francisco